Cuando hablamos de bienestar hablamos de realización y desarrollo personal. De que podamos vivir una vida que merezca la pena ser vivida, tanto en el plano físico, como mental, espiritual, o social.
Hablamos de satisfacción de necesidades. De las básicas, como alimentarnos, vestirnos, tener una identidad y una cultura, pero también de que podamos potenciar nuestras capacidades, sentir que somos personas realizadas.
Hablamos de poder tener un proyecto vital en libertad. Una libertad compartida con otras personas porque somos parte de una comunidad.
Para conseguir el bienestar compartido necesitamos trabajar por eliminar las discriminaciones, las miserias, el miedo, la explotación y las injusticias.
Necesitamos poder participar de la toma de decisiones, expresarnos.
El bienestar es un proceso comunitario que debe ser construido día a día.