Como cada mes desde el programa de protección internacional y refugio del Movimiento por la Paz -MPDL- Cantabria, organizamos salidas de ocio para que las personas usuarias con las que trabajamos puedan conocer y disfrutar el entorno sociocultural en el que vivimos.
Estas excursiones pretenden generar un ambiente lúdico, desenfadado e interesante que sea propicio para que interactuemos de una manera orgánica y natural fuera del contexto del aula de castellano o de la propia oficina de asilo. Y también, gracias a las personas que participan en el programa con su voluntariado, que ponen su granito de arena acompañándonos siempre, tratamos de generar una comunidad viva, solidaria y divertida entre todas.
En esta ocasión hemos cogido el tren para visitar el Museo Etnográfico de Cantabria, en Muriedas. Ha sido una experiencia fantástica, entre otras cosas por la maravillosa explicación de la guía del museo que nos mostró cómo era la vida rural en el territorio hace unos 80 años: nos habló de los oficios, las comidas, la vestimenta, las viviendas, las herramientas etc. que eran habituales entre los habitantes de los pueblos del interior de la región. Hablamos de temas muy variados, pero rápidamente fuimos conscientes de que compartimos muchísimas más cosas de las que podemos imaginar en un principio entre culturas de todos los países, por muy lejanos que estén o diferentes que nos parezcan.
Ayer fue un gran día para darnos cuenta de la extraordinaria cantidad de formas de hacer, estar, vivir, trabajar y crear que en muchas ocasiones son prácticamente idénticas las unas a las otras.