Al finalizar el curso Agentes de Mediación Intercultural,  una de las personas participantes, Javier Gutiérrez, ha reflexionado sobre todo lo visto en el itinerario y la aplicación de la interculturalidad en el lugar de Cantabria en el que reside y trabaja.

Entre las zonas más rurales de Cantabria encontramos la zona del Nansa, varios valles que discurren a lo largo del rio con el mismo nombre. Es una zona con mucha dispersión geográfica y envejecida, pero la cual, en los últimos años se ha visto envuelta en muchos cambios. Algunos de esos cambios son las tecnologías, la despoblación o la soledad.

Mientras que la población de la zona sigue decreciendo, en los últimos años hemos recibido, y por qué no, celebrado, que varias personas hayan venido para iniciar una nueva vida aquí. Varias de esas personas provienen de culturas muy diferentes, dotando a la zona de una riqueza multicultural de la que carecía.

Pese a existir un clima de paz, el desconocimiento entre las personas es evidente, existen dudas y miedos o miradas extrañas. Se desaprovecha la oportunidad de potenciar el conocimiento mutuo, la posibilidad de compartir experiencias, aprendizajes, etc. 

Esto no es una crítica al valle donde resido, es una crítica a las instituciones que nos rodean. Existe una falta de implicación, cero recursos destinados para trabajar la interculturalidad, la inexistencia de lugares de encuentro…

Y es una crítica al sistema donde trabajo, los servicios sociales de base. Se dedican muchas horas y esfuerzos en programas para personas mayores y jóvenes, personas con diversidad funcional, etc., y nos olvidamos de trabajar y apostar por el descubrimiento y la relación personal entre vecinos/as, con culturas diferentes o iguales, de diferentes edades, etc.

Por todo ello, debemos adoptar nuevas medidas dirigidas a construir espacios públicos de diálogo intracultural e intercultural en todos los ámbitos que nos rodean, ya sea el educativo, social, cultural, etc. La riqueza de nuestro valle es inmensa, pero aún podemos hacer que nuestro valle sea aún más valioso.