Ainara N., participante en el curso ‘Agentes de Mediación Intercultural 2023’, reflexiona sobre las dificultades y obstáculos emocionales a los que se enfrentan las personas migrantes, especialmente las mujeres, y que retrasan la aceptación del viaje migratorio e influyen en su adaptación en la nueva sociedad. Comprender estos procesos es fundamental para poder avanzar en la creación de una sociedad acogedora.

Las personas que hoy día se ven obligadas a recurrir a la migración como única salida una vida mejor, aparentemente más digna, más justa, se ven expuestas a un viaje físico y emocional de enorme desgaste. Esta experiencia, implica un intento de superación frente a muy diversas dificultades y obstáculos, tanto físicos en algunos casos, como emocionales. Haciendo que aparezca la vulnerabilidad más acusada, a pesar de que en apariencia, la llegada a otro país vaya a ser por un futuro mejor. En el caso de las mujeres, todo se manifiesta con una mayor carga, que cae sobre ellas; familia, hijos, desapego…

Estas personas viven en un stress continuo, social y ambiental. Sensación de no pertenecer a ningún grupo, a ninguna sociedad, además de una baja AUTOESTIMA, que genera: depresión, confusión, aislamiento, culpa, problemas de concentración, físicos, y un largo etc. Impidiendo y retrasando aún más su integración en la nueva sociedad.
Por otro lado, llegan de una cultura diferente, con estereotipos y prejuicios marcados. Casi siempre, deben demostrar con más fuerza, que tiene grandes valores y capacidades no ligadas a su procedencia. Y en muchos casos, esta baja autoestima hace que ni ellas mismas vean sus capacidades para ser presentadas a los demás. No se consideran valiosas, con talento…ÚNICAS E INIGUALABLES .

A través de autoconocimiento, podemos conseguir que tengan una percepción más clara de ellas mismas, y de cómo las ven las demás personas. Además de aceptarlas. Poder destacar y mantener aquellas cosas que son positivas y les abren los caminos para la mejor inserción social. Y eliminar o modificar aquellos aspectos, que quizás ni conozcan sobre si mismas, que hacen retrasar la aceptación del viaje migratorio y ser mejor aceptadas en la nueva sociedad.

Está claro que un cambio de país, es un cambio tan drástico que cuesta aceptar muchas cosas. Dejar la familia atrás, tu forma de vida, tus costumbres… pero también cambia en todas las personas sus prioridades y necesidades. Poder valorar por si mismas, en qué situación se encuentran actualmente. Cuáles son sus prioridades. Y cómo marcarse nuevas metas y objetivos reales, para mejorar aquellos aspectos vitales en cada una de ellas. Identificando aquellas áreas donde deben poner mayor energía o por el contrario límites. Una vida será mejor que otra, dependiendo de los ojos desde donde se mire.