Hemos dedicado varias jornadas del curso a entender y revisar la forma en que nos comunicamos. Si no rompemos los obstáculos de nuestra mala comunicación no podremos enterarnos de cosas muy bonitas que pasan ahí afuera. ¡Pero tranquilxs! Tengo buenas noticias: solo depende de nosotrxs mismxs cambiarlo

Cuando queremos contarle a una persona algo que nos preocupa o un conflicto en el que estamos implicados, es habitual que aparezcan barreras para que dificulten que ambas personas se escuchen entiendan:

  1. No sabemos identificar lo que nos pasa y nos cuesta saber por qué nos sentimos ‘mal’.
  2. En otras ocasiones, aun sabiendo lo que nos pasa, nos cuesta trabajo utilizar las palabras adecuadas, porque no estamos acostumbrados a poner nombre a las emociones, o utilizamos el nombre equivocado.
  3. A veces, sabemos explicar lo que nos pasa, pero la otra persona no nos entiende. No utilizamos significados compartidos.
  4. Cuando una persona nos cuenta algo, nos cuesta hacer las preguntas adecuadas para ayudar a esa persona a que se explique mejor. La mayoría de los conflictos empiezan con un malentendido y, sabiendo gestionar las emociones y realizando las preguntas adecuadas, podemos desactivarlo o atenuarlo.
  5. Ante los conflictos no existe una única perspectiva, pero la mayoría de las personas solemos adoptar la socialmente considerada más ‘lógica’, lo cual hace difícil entender lo que se sale de esa ‘lógica’.
  6. No dedicarle el tiempo y el espacio adecuados al proceso comunicativo hace que este se desarrolle en medio del ‘ruido’ del entorno.


Liniers
Para combatir estas barreras hay dos aspectos básicos que deben guiar nuestra comunicación. ¿Sabes cuáles?

Redoble de tambores…¡¡Tatachán….!!

  • El primero: la capacidad de escucha activa. Consiste en poner toda nuestra atención en la otra persona, apoyarla para que identifique sus propias necesidades, revise las situaciones que le generan malestar y encuentre sus propias soluciones. Para lograr esta transformación tan poderosa lo único que tienes que hacer es E S C U C H A R.
  • El segundo: la asertividad. Consiste en expresar lo que pensamos y sentimos. Sin vulnerar los derechos de nadie y a la vez haciendo valer los nuestros.

Descubrirás que no es tan fácil como parece, pero con un poco de práctica ya no vas a dejar de hacerlo ¡nunca más!

Y para que comiences a practicar, te dejamos un ejemplo de la película Inside Out.